En la provincia de Hunan, cientos de jóvenes se congregan frente a una comisaría, no para denunciar delitos, sino para participar en una insólita moda viral.
En las tranquilas noches de la provincia de Hunan, China, un fenómeno sorprendente ha comenzado a acaparar la atención de los locales y medios de comunicación por igual.
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Cientos de jóvenes se alinean pacientemente fuera de una comisaría, no porque hayan cometido algún crimen, sino para ser parte de una tendencia viral que ha transformado este lugar en un inesperado epicentro de la cultura juvenil.
A medida que cae la noche, las filas se alargan. La atmósfera es eléctrica; los jóvenes murmuran emocionados mientras esperan su turno. No buscan justicia ni denuncian infracciones, sino que, con una mezcla de entusiasmo y curiosidad, esperan ser “arrestados”.
Las cámaras y teléfonos móviles están listos para capturar cada momento, mientras los participantes adoptan poses de rendición inspiradas en una película documental china de gran éxito, “Los Guardianes de Jiefangxi”.
Desde su estreno en 2019, el documental ha cautivado a una amplia y diversa audiencia, pero nadie podría haber previsto el impacto cultural que tendría en la juventud. La comisaría de Pozi, que aparece en el filme, se ha convertido en un santuario para los fans, quienes ven en ella un lugar icónico para recrear escenas memorables.
Este fenómeno alcanzó su clímax en 2021, cuando las autoridades locales se vieron obligadas a publicar una guía para los entusiastas sobre cómo comportarse adecuadamente durante sus visitas. Sin embargo, la fiebre por las fotos continuó, y desde las recientes vacaciones de mayo, la comisaría se ha convertido en un destino aún más popular.
A pesar de la emoción generalizada, no todos ven esta tendencia con buenos ojos. Algunos críticos consideran que posar como criminales rindiéndose envía un mensaje equivocado. “Me encantan las nuevas modas juveniles, pero imitar a los delincuentes no es algo que deba celebrarse”, opina un influencer con más de 440,000 seguidores.
Las autoridades también han mostrado su desaprobación. Aunque no se ha reportado ningún incidente grave que interrumpa el trabajo policial, la comisaría ha instalado un altavoz que repite constantemente un mensaje pidiendo a los visitantes que se comporten con respeto y eviten poses inapropiadas. “Por favor, compórtese de manera educada, no se agache ni abrace su cabeza para las fotos. Gracias por su cooperación”, dice el anuncio, intentando mantener el orden en medio de la algarabía.
Este curioso fenómeno no es único. El mes pasado, un gimnasio al aire libre en Chengdu se convirtió en un punto de atracción turística después de aparecer en un popular video musical. Los residentes locales han expresado su descontento ante la invasión de su espacio por multitudes que alteran la tranquilidad de la zona, reflejando una tensión creciente entre la popularidad viral y la vida cotidiana.
La historia de la comisaría de Pozi aún no ha llegado a su fin. Cada noche, jóvenes de todo el país llegan con la esperanza de participar en esta peculiar tendencia. ¿Hasta dónde llegará esta fiebre? Solo el tiempo lo dirá. Mientras tanto, la pequeña comisaría de Hunan sigue siendo un testimonio fascinante del poder de la cultura pop y de cómo puede transformar los lugares más inesperados en epicentros de la moda juvenil.
Fuente: Cafebiz
(Imagen de portada: Tourists pose as confessing suspects, taking pictures for social media, at Pozi Street Police Station in Changsha, Hunan province, 2024. From Weibo)